CRÓNICA DE TOOTS & THE MAYTALS EN LA SALA ROCKITCHEN DE MADRID

Publicado por Reggae Spain | | Posted On sábado, 7 de agosto de 2010 at 12:31




El miércoles 28 de Julio toda la massive de la capital tuvimos una obligada cita con Toots & The Maytals, una de las bandas que más han influenciado en la música jamaicana y pioneros en acuñar el término “reggae”. Iniciaron su carrera musical en 1962 como un trío vocal para unos años después transformarse en la banda que hoy en día conocemos.

No era la primera visita que hacían a la península y, en esta ocasión, el motivo fue la presentación del último álbum publicado este mismo año bajo el título “Flip & Twist”.

El encuentro tuvo lugar como viene siendo habitual últimamente en la Sala Rockitchen, situada en pleno barrio de Salamanca. Las puertas se abrieron sobre las 21.15 y fuimos tomando posiciones mientras escuchábamos algo de reggae y dancehall para ir calentando motores. La actuación de Toots & The Maytals comenzó a eso de las 22.00 con la sala a reventar hasta el último centímetro: desde la entrada hasta el escenario, desde la barra hasta los servicios… En este momento el calor ya era más que palpable a pesar del aire acondicionado y es que, era tal la aglomeración de gente que sólo con echar un vistazo uno podía percatarse de que el aforo debió sobrepasarse con creces.

Toots Hibbert, vocalista y líder de la banda, salió con todas las energías cargadas y con ese look rockero que le caracteriza: ropa de cuero y pañuelo en la cabeza. Iniciaron su repertorio con “Pressure drop”, uno de los temás más representativos de la banda, y con él pudimos ver como las gasta el señor Hibbert en directo, conectando con el público desde el primer instante del concierto. Le siguieron otros grandes temas que grabaran para Leslie Kong a finales de los 60’ y principios de los 70’, época dorada de esta banda. Entre estos pudimos oír clásicos como “Bam Bam”, “Sweet & dandy” o “Pump & pride”, temas con los que ganaron el “Festival Song Competition” de Jamaica en 1966, 1969 y 1972 respectivamente.

La massive, a pesar del calor infernal, en todo momento arropó a la banda coreando cada estribillo y bailando como si fuera la última noche y Toots parecía gozar de las buenas vibraciones. Otros hits que no podían faltar fueron el trepidante “Monkey man”, cuyo ritmo ska aceleró a las masas haciendo saltar los termómetros, y “54-46 was my number”, tema que grabaran en 1967 después de que Toots Hibbert pasara una temporada en la cárcel por posesión de ganjah.

También pudimos oír temas de los 70’ que fueran producidos conjuntamente por Chris Blackwell y Warwick Lyn (ingeniero de sonido de Leslie Kong) como “Reggae got soul” o el inconfundible “Funky Kingston” con el que sumerjen en las olas del Funk con unos acordes de piano maravillosos y los desgarrados gritos del señor Hibbert. Especialmente emotiva fue la interpretación de “Country roads”, un clásico del country originalmente interpretado por John Denver como una alabanza a la naturaleza y la vida rural en los Estados Unidos. Este tema sería versionado por los Maytals adaptando su lírica para localizarlo en Jamaica.

Durante el show pudimos escuchar algunas canciones de su último disco. Para ello Toots Hibbert se enfundó,una guitarra acústica y dió rienda suelta a esa mezcla de Rythm & Blues, Country, Rock n Roll y Gospel que caracteriza el sonido del álbum “Flip & Twist”.

No serían ni las 23.00 cuando el espéctaculo finalizó repentínamente tras sólo 50 minutos de concierto. El público al principio estaba incrédulo esperando que volvieran a salir de nuevo pero, tras unos minutos en los que la confusión y la duda se extendía a lo largo y ancho de la sala, la massive empezó a caldearse y es que, al precio que cuesta cada entrada, parece una tomadura de pelo que la actuación no llegara ni a una hora. La gente gritaba indignada pidiendo una explicación y una devolución del dinero que habían pagado. Fuera de la sala la gente se agolpaba colapsando la calle.

Desde Reggaespain aun no tenemos noticia de cuáles fueron exactamente los motivos de tan escasa duración, pero se especula que fué el sofocante calor que estaba alcanzando la sala lo que hizo que alguno de los componentes de la banda desistiera. Y es que esta Sala Rockitchen no estaba preparada para acoger a una banda de este calibre con sus cientos y cientos de fans. Quizá si se hubiera respetado el aforo permitido el concierto podría haber tenido lugar con normalidad.

Para culminar, y por si todo esto no era suficiente, la sala no disponía de hojas de reclamación, por lo que al cabo de un rato tuvo que irrumpir la policía para calamar a la muchedumbre indignada e instarles a acudir a las oficinas del consumidor para hacer las pertinentes reclamaciones.

Y con esto finalizó una noche que nos dejó un sabor agridulce en los labios: dulce por las buenas vibras que desprendió la banda y el buen hacer que tienen sobre el escenario, pero amargo por habernos faltado, como mínimo, media hora más de show, y más teniendo en cuenta el precio de la entrada y lo mal que están los bolsillos de los españoles últimamente. Esperemos que los encargados de la Sala Rockitchen tomen buena nota para futuras ocasiones (si las hay): la avaricia rompe el saco.

Marco ‘TopMark’ Jiménez

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